LAS COMUNICACIONES Y LOS COMUNICOLOGOS
LAS COMUNICACIONES
Nombre
femenino plural
(Comunicaciones)
Conjunto de medios que sirven para poner en contacto lugares o personas,
especialmente, los servicios de correos, teléfonos, telégrafos, faxes y vías de
comunicación como carreteras, ferrocarriles, etc.
"la
ciudad elegida deberá poseer unas excelentes comunicaciones (aeropuertos y
autopistas, sobre todo) y una gran riqueza cultural y artística; partidos
políticos, empresarios y sindicatos exigen una mejora de las actuales
comunicaciones, tanto marítimas como aéreas"
COMONICOLOGIA
En
la misma edición del Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española la
Comunicología es: “una Ciencia Interdisciplinaria que estudia la comunicación
en sus diferentes medios, técnicas y sistemas”.
Desde
un punto de vista forjado en el ejercicio profesional de la comunicación, el
foco se ajusta un poco más. Entendemos por Comunicología a: Las Ciencias de la
Comunicación aplicadas a la Investigación, Docencia y Gestión de la
Comunicación en las múltiples dimensiones simbólicas, discursivas, retóricas,
antropológicas, psicológicas, sociológicas, políticas y culturales de todas las
organizaciones - ya sean estas públicas, privadas o comunitarias - desde un
abordaje interpersonal, institucional, comunitario o colectivo.
Las cualidades que tienen los que estudian o estudiaron Ciencias de la
Comunicación son:
Nunca
está conforme con la ‘programación’, supongo que de los medios.
Gran
gusto por la música y sus géneros.
Elabora
bien sus mensajes, excelente orador en sus ‘verbos’ telefónicos.
Excelente
compañía y amante.
Tiene
un gran intelecto. Simplemente son perfectos.
¿Eso es ser comunicólogo?
Ahora
bien, aunque se le puede dar cierto crédito a algunas de sus afirmaciones, este
decálogo de cualidades raya, irónicamente, en uno de los grandes defectos de
muchos comunicólogos, tanto estudiantes como egresados, que es la
superficialidad. El haber estudiado Ciencias de la Comunicación no da per se,
ninguna cualidad. Muchos egresan de la carrera y aun así no logran ser
auténticos comunicólogos porque no asumen los grandes compromisos y
responsabilidades inherentes a la profesión.
Hay
que reconocer que existen jóvenes que estudian Ciencias de la Comunicación
porque les parece muy ‘chic’, ‘fashion’ o porque buscan fama o presencia en los
medios como locutores, conductores o simplemente ser el ‘atractivo visual’ de
un programa de televisión, dando prioridad a la imagen sobre el talento o las competencias. Esto, además
de limitar los alcances de la profesión, reduce las posibilidades de conseguir
empleo, pues se queda el estigma de que el comunicólogo no sabe hacer otra cosa
más que salir en radio o televisión.
Entonces ¿Qué cualidades debe tener
un comunicólogo?
Por
la naturaleza de la profesión, los comunicólogos deben tener competencias
básicas independientes de su especialización, como son:
Domino del lenguaje escrito.
El
auténtico comunicólogo escribe, no solo porque sabe, sino porque lo domina. Su
conocimiento del lenguaje lo hace encontrar siempre las palabras adecuadas para
ser directo, contundente y preciso. Conoce el poder de las palabras y por ello
siempre sabe qué expresar y cómo hacerlo para influir en el entorno. Puede
escribir su pensamiento en 140 caracteres o 20 cuartillas sin perder la
intencionalidad del mensaje. Su ortografía es impecable no solo porque conoce
el idioma sino porque sabe que es parte de su naturaleza el perfeccionarse a sí
mismo en esa rama de las ciencias de la comunicación. Para esta profesión los
‘choros’ son signos inequívocos de
ignorancia y banalidad.
Es un referente cuando habla en
público.
Un
comunicólogo habla correctamente en
público, lo domina y no solo eso, sabe cómo seducir a su auditorio. Sus
conocimientos en kinesis, proxemia y paralenguaje lo hacen controlar el
escenario y brindar a su presentación credibilidad y congruencia. No teme ser
visto o juzgado por otros, porque se sabe preparado. Su discurso, hablado o
escrito, siempre está estructurado para cumplir propósitos comunicativos
específicos.
Siempre están informados de su
circunstancia histórica.
El
comunicólogo es periodista por naturaleza. Asume la obligación profesional de
estar informado sobre lo que ocurre en su entorno y más allá. Tiene hambre
permanente de conocimiento; lo que no sabe lo averigua porque domina las
tecnologías de la información. Sabe que la comunicación es el punto de partida
en las relaciones humanas, por eso tiene la capacidad de observar, analizar e
interpretar el comportamiento de los grupos sociales y políticos. Es analista,
se le busca para que dé su opinión en diferentes foros porque siempre ve más
allá de lo evidente.
Tiene una afinidad por el arte.
Independientemente
de sus gustos personales, el comunicólogo conoce y valora el arte; sabe de
géneros musicales, cine, teatro o literatura; está al tanto de la historia, las
tendencias y expresiones artísticas, pues sabe que son parte importante de sus
proyectos de comunicación.
Esto
va de la mano de su capacidad creativa; el comunicólogo es un generador
permanente de ideas y las convierte en proyectos aunque no se les hayan
solicitado. No están esperando que su
jefe o cliente le digan cómo hacer las cosas, el comunicólogo propone
soluciones.
Esas
son las cualidades básicas que debería tener un comunicólogo; como se puede
observar, son mucho más profundas y trascendentes que ser un ‘inconforme de la
programación’ o saber ‘echar verbo’, es toda una profesión y sobre todo, una
responsabilidad social.
Por eso, no cualquiera es
comunicólogo, aunque haya estudiado la carrera.
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